domingo, 22 de noviembre de 2009

Sin título alguno


Sobresaltado por el despertador abrí los ojos, y la fuerte luz amarilla que impacto contra ellos dilató rápidamente mis pupilas, obligándome a pestañear varias veces hasta poder adaptarme al hilo de luz. Mi cabeza comenzó rápidamente a buscar una explicación a la alarma del despertador y un motivo por el que hacerle algún caso. Tras unas decimas de segundo una imagen apareció repentinamente en mi mente…había encontrado la razón, ella estaría allí.

Con una agilidad inexplicable, en la situación de acabar de despertar de una forma brusca, me quite las sabanas de encima y el pijama, y corrí al armario a enfundarme en unos pantalones vaqueros y una camiseta cualquiera. El desayuno fue un visto y no visto, apenas podía esperar a salir por la puerta para encontrarme con ella.

Cuando llegué a clase estaba casi vacía y entre la poca gente que conté ella no figuraba… yo no podía esperar mucho más, así que baje a la cafetería pensando en la posibilidad de encontrarla allí. Acercándome a la puerta, se abrió e increíblemente, ella salió de detrás de esta. Tuve una sensación familiar, pero esta vez no acababa de despertar, y tampoco tenía un sol buscando mis ojos furiosamente con sus rayos, pero no me cabía duda de que había algo que brillaba y me dejaba totalmente fuera de juego… Abrí mis brazos buscando rodearla con ellos y transmitirle la falta que me había hecho sentirla cerca todo este tiempo, ella me recibió de igual forma y pensé que no había nada mejor en el mundo en ese preciso momento que tenerla entre mis brazos, con un apretoncito intente procurarle un mensaje en lenguaje corporal que dijera “no he podido vivir sin ti”, pareció entenderlo porque me devolvió un “tranquilo, ya volvemos a estar juntos”. Nos apartamos un poco para poder vernos las caras y yo aproveche para estudiar la suya a fondo, ¿era posible que estuviese aun más hermosa que antes? ¿Como lo había conseguido? Empezaba a sospechar que lo de esta chica no era normal, ¿o quizás era que realmente yo seguía aun en la cama?

-Como te echaba de menos- Me dijo, e incapaz de pensar claramente, sonreí y asentí diciendo que yo también.

-Luego nos vemos- Concluyó la conversación de forma tranquilizadora y tierna, y mirándonos mis ojos las despidieron.

Esa misma tarde teníamos una cita… ¡una cita!, ¿Quién me lo iba a decir? ¿Acaso mi mente seguía empeñada en jugarme malas pasadas alargando tanto esta nube de algodón donde me había llevado a encallar este prolongado sueño para luego empujarme fuera de ella y matarme? Porque sería exactamente eso lo que sucedería si despertaba, que moriría de pena por no poder tener algo tan bello nada más que dentro mis sueños.

Llegando al punto de encuentro tuve unos metros de distancia para poder admirarla, ya que ella ya estaba allí, bajo el sol y en las puertas de un parque que perfectamente podría estar sacado de un cuadro, su silueta me pareció cuadrar excelentemente dentro del pulcro lienzo que tenia dibujado ante mis ojos, era algo tan bonito e ideal que el precioso paisaje quedaba en un tercer plano tras ella con su belleza y perfección. Juntos entramos y comenzamos a deambular por el parque buscando un lugar donde poder echarnos en la hierba, nuestro sitio ideal se encontraba a la sombra de un árbol junto a un riachuelo que circulaba cerca de allí. Nos tendimos en aquel sitio y tras un rato de conversación mi imaginación abrió las alas y empezó divagar tomando altura con una reflexión que siempre había tenido en la cabeza…Y es que en el amor siempre han predominado dos palabras, pero nunca nadie se ha parado a pensar en que hay muchas más que van haciendo socavones en el corazón de forma inocente sin que nos demos cuenta, ”contigo”, “sin ti”, “nosotros”, “tu” seguido de un “y” y un “yo”, ”nos”, “me encantas”, ”por ti”, y un largo etcétera que con el tono adecuado te dan puntaditas en el corazón conforme salen de la boca y llegan a abrir tu pecho para hacer cosquillas en él.

Tras la reflexión todo se redujo a una sola pregunta… ¿Cuál será el sabor de sus labios? Y rápidamente busque sus preciosos ojos para darle un mensaje urgente, pero no tuve en cuenta el poder que tenían estos sobre mi y su color chocolate despertó el hambre de los míos, por lo que estuve unos segundo procurando saciarlos sosteniendo su mirada. Una vez estuvieron colmados del dulce cacao de su mirada de chocolate, se despertó en mi otra necesidad…sed, así que cerré mis ojos para buscar a tientas con mis labios alguna forma de encontrar solución a ese menester, sus labios salieron al encuentro de los míos con una sugerencia…miel, la duda y la necesidad quedaron contestadas al instante, era la sensación más dulce que jamás había sentido en la piel de mis labios y quise quedarme pegado eternamente al manantial que me proporcionaba tal sensación de placidez y felicidad, era algo...increíble.

El despertador vibro violentamente sobre la mesilla de noche y al abrir los ojos, con dificultad, mi mirada se poso en el cristal de la ventana de la habitación en el mismo instante en que una abeja salía haciendo eses. Un recuerdo flechó en mi cabeza y acaricie mis labios melancólicamente en busca de algo…

sábado, 21 de noviembre de 2009

Brisa de verano


Andaba con paso nervioso y a la vez firme hacia mi triangulo de las Bermudas, donde una niebla gris y espesa se colaba siempre en mi cabeza, haciéndome olvidar por completo mis inquietudes, y me abandonaba a la suave marea que mecía mis ansias de lucha... hasta

llevarme a encallar, y sin mas remedio, a un puerto desolado…

No sabía por que razón estúpida me dirigía hacia la cita…y peor aún…lo hacia puntualmente

-“Vale, voy a intentar sacar todo lo que he estado guardando hasta ahora, no voy a dejar que esta vez me vuelva a suceder, voy a averiguar de que va esto…no puedo seguir mas tiempo en el limbo…necesito morir o volver con los vivos, pero no puedo seguir vagando entre incógnitas”,Dije para mí.

Cuando llegué, ella aún no estaba allí,”normal”-pensé. Pero me sobresaltó ver que su silueta aparecía doblando la esquina, diez segundos después de que yo llegase, no esperaba que apareciese siquiera, pero…¡allí estaba!, como un segundo sol que salía mientras el original se escondía entre las montañas para dar paso a la noche…¿o quizás ella era el original?. Caminando hacia mí, ondeando sus rayos rubios a la brisa marina, mientras el brillo de sus ojos calentaba mi frío corazón y mis pensamientos… con aquella sonrisa que derretía el escudo de hielo que yo construía cada vez que dejaba de verla.

--“Hola”-- dijo con una voz tan dulce que ni la mas suave melodía de flauta podría imitar, con unos ojos que proyectaban lo mucho que me había necesitado durante todo este tiempo, las noches que había soñado conmigo, el aire que había respirado, hasta ahora sabiendo, con tristeza, que no era el mismo que yo exhalaba.

--“Hola”—dije, abandonándome a la sensación de la niebla que se había comenzado a filtrar en mi cabeza, sin que yo lo supiese,desde que apareció, quitando el protagonismo al hermoso sol del atardecer. Se produjo un paréntesis de silencio típico de las películas.

---“No sabes cuanto te he echado de menos”----

---“Puedo hacerme una idea”---dije intentando dispersar la niebla de mi cabeza.

---“Todo este tiempo he estado contando las horas que faltaban hasta volver a verte…y ahora que te veo no quiero contar las que puedan quedar hasta que nos separemos…realmente me ha costado mucho estar sin ti…” Sonriendo con cierta autosuficiencia por sus palabras dije:

---“Tengo que decir que desde que te fuiste mi vida se ha basado en imaginarte en cada lugar donde iba, no he sabido soportar tu ausencia”--- ¡mierda! la niebla se había expandido completamente por mi mente.

---“Te he echado de menos”---continué, parece ser que también se había condensando.

Ella movió levemente su cuerpo hasta dejar correr con dificultad entre nosotros la brisa que antes había hecho bailar su cabello, cerró los ojos lentamente y yo la imite. Pronto sus labios calentaron la piel de los míos, y se cerró completamente el estrecho entre nosotros, cruzo sensualmente sus brazos sobre mi cuello y yo hice lo mismo con los míos sobre su cintura. El momento quedo inmortalizado, como una de esas estampas de la típica pareja perfecta que se reencuentra, en la memoria del falso sol que se resistía a perder sus últimos rayos, celoso de ella.

¡Un momento! ¿Que estaba haciendo? ¿Es que acaso había olvidado todo lo que había sucedido durante su ausencia? ¿Realmente había borrado en un segundo aquellos comederos de cabeza?...definitivamente la niebla estaba causando estragos en mi cabeza.

Por un momento reaccione, y en el momento en que intente separarme lo mas mínimo de ella, para hacer constancia de mi enfado por su actitud durante todo el tiempo que habíamos estado separados, sus labios comenzaron a besarme con mas fuerza e intensidad, acompasados de tal manera que imitaban el baile mas sensual imaginable, por lo que la niebla de mi mente decidió que debía continuar entregado a ella por completo.

Tras unas cuantas escenas de riguroso “pasteleo” típico de las parejas de película, nos sentamos en un banco de aquel paseo marítimo, que había adquirido un ambiente mágico con nuestro fantasioso reencuentro, y ahora se encontraba arropado por la suave manta de la noche con un espectacular estampado de estrellas, e iluminado con la leve luz que emitían las farolas de este, dándole así el toque justo de romanticismo que necesitaba nuestra escena.

---“Bueno, supongo que querrás una explicación sobre mi forma de actuar durante todo este tiempo, y que también querrás saber el motivo de que te haya citado después de tanto tiempo sin dar señales de vida”---dijo con un tono dulce y a la vez algo preocupado en su voz.

---“Pues… ¡sí!, la verdad es que me muero por saber cual es el motivo por el cual he tenido que pasar tardes y noches enteras intentando buscar una explicación a tus irracionales muestras de “amor” hacia mi. Por que…primero me demuestras y haces cosas que, en la vida, creo se le puedan ocurrir al mejor escritor de poesía del mundo ni al más romántico de los actores de Hollywood juntos. Y luego a partir del momento en que tu figura desaparece para no volver hasta…Dios sabe cuando, dejo de tener noticias de cualquier tipo sobre ti, es como si dejases de existir…da la impresión de que hubieses muerto…”--- Realmente así era como debía estar para mí…muerta, de esa manera se acabaría el sin vivir que he tenido desde que ella apareció en mi vida.

Ella hizo una mueca al escuchar la palabra “muerto” y tragando saliva, con una mirada ahogada en un mar turbulento y gris, comenzó a relatar aquella explicación que tanto había intentado encontrar. Lo que no sabía, era que en la vida se me hubiese ocurrido algo así para todo aquello…

---“¿Crees en Dios?”---me pregunto. La pregunta me desconcertó bastante, no esperaba que abordase el tema de esa manera, aunque… ¿que otra cosa se le podría ocurrir preguntar a un ángel como el que tenía delante?.

---“Veras…no se como explicarte esto pero es que…yo no soy quien tu crees que soy…estoy aquí con una misión… ¿Has oído hablar alguna vez de la luz que debes seguir cuando mueres?...Pues yo debo guiarte hacia ella…

Aquellas palabras me llenaron, inexplicablemente, de una calma sepulcral y de repente me sentí liberado de todo lo que me había estado preocupando hasta ese momento…ahora era feliz, sin ninguna explicación…efectivamente…ella era un ángel, mi ángel.

La maquina del hospital a la que había estado atado durante casi un mes emitió un pitido largo, agudo, constante, muerto…

En mi cabeza oí algunos sollozos que provenían del exterior pero…no ahondaron en mi razonamiento, no importaban, ahora era feliz, estaba eternamente al lado del ángel de mis sueños.